CADENCIA ARMÓNICA.
Una cadencia armónica es un encadenamiento de acordes,
establecidos en un orden con una finalidad: lograr un punto de reposo en el
discurso musical.
La cadencia es equivalente a un signo de puntuación del
texto, en cierto modo ese es su origen.
También hay cadencias melódicas, que refieren a una fórmula
de melodía que anuncia un final parcial o definitivo.
Dentro de una obra, pueden localizarse al final de una
sección, de un motivo, o de un movimiento.
Su cometido es poder delimitar las frases, las partes o las secciones
dentro de una pieza musical.
Los compositores suelen hacer eficaces las cadencias, y las destacan porque generalmente, antes
del momento de reposo agitan el discurso musical.
EJEMPLOS
CARACTERÍSTICOS
Cadencia perfecta simple:
en una obra en do mayor, resuelve con la tónica previamente pasando por la
quinta. La nota del bajo es la fundamental, por lo que se logra una sensación
de contundencia. También en este caso, la nota más aguda.
Cadencia imperfecta:
resuelve en el mismo criterio, pero uno de los dos acordes está invertido, con
bajo cambiado, no da tanta sensación de final. La tonalidad es sol, pero no
cierra con sol en bajo, sino con una inversión (si en bajo), aunque sea sol la
nota más aguda
Cadencia rota:
resuelve con acorde previo en quinta pero el final en sexta (superdominante)
por lo que parece que “falta algo” en esa cadena. En este ejemplo, si la
tonalidad es Sol mayor, quinta Re, sexta Mi (menor en este caso)
Cadencia plagal:
a diferencia de las anteriores, el acorde previo al de “reposo” no es el quinto
grado. En el ejemplo, es un do mayor, cuarto grado del sol. Es la más habitual
cuando se busca un reforzamiento del final de la sección.